El caso del bacalao

La sed se extiende por la ciudad, debido a que todo el mundo compra bacalao, por su bajo precio.

Para ello intentan detener sus camiones con agua, lo que resulta en un nuevo fracaso.

Mortadelo provoca lluvia con su disfraz de hechicero, pero causa una gran inundación que los mafiosos aprovechan para robar el banco.

Más tarde las aguas se retiran, dejando gran cantidad de barro.

[3]​ Fernández Soto alaba el uso en el primer episodio del "tiempo real" (es decir, sin usar la elipsis) en el asalto a la casa de los gánsters, empleándose tres páginas para librarse del cocodrilo de un foso o tres tiras para narrar cómo Filemón logra hacer un pequeño agujero en la pared para intentar escapar, mientras Mortadelo sale por la puerta que los gánsteres se han dejado abierta,[1]​ pero considera que el cambio de lectura unitaria a episódica es demasiado brusco y "aborta la buena marcha del que hubiera sin duda uno de los álbumes más redondos de la serie".