Este descubrimiento se le atribuye al matemático israelí Eliyahu Rips quien, según el libro, verificó la existencia de este código tras cumplirse una predicción con fecha exacta.
Esto les valió, en 1997, el Premio Ig Nobel de Literatura a Drosnin y Rips.
Además el libro incluye varias entrevistas del autor con personas importantes de diversos gobiernos, en su búsqueda por evitar que esas predicciones catastróficas tengan lugar.
La primera secuela no aportaba nada nuevo, simplemente contenía reflexiones sobre los posibles aciertos y fallos de las pretendidas predicciones que habían realizado desde la publicación del primer libro hasta la aparición del segundo y relataba más entrevistas con dignatarios de los países implicados en las predicciones.
Tras la publicación del libro, aparecieron a disposición del público varios programas de ordenador, entre ellos el original que había usado Rips para descifrar el código y otros que lo imitaban con mejor o peor fortuna.