Poco después, mata a tres hombres que lo estaban provocando en un bar, y es llevado ante Velerad, el anciano castellano de la ciudad.
Siete años después, la hija despertó y asesinó a los residentes del palacio.
A medianoche lo suelta, usándolo como cebo para la estrige, que rápidamente lo encuentra y lo mata.
La criatura acaba siendo ahuyentada cuando Geralt utiliza su magia para reflejar contra ella el odio y la maldad de su propia mente.
Al inclinarse sobre ella, descubre, demasiado tarde, que sus ojos están abiertos.
Mientras logra someter a la chica, Geralt oye el tercer canto del gallo.
El brujo se despierta con la garganta vendada, y Velerad junto a él (quien formaba parte del grupo que estaban a favor de acabar con la vida de la estrige) admitiendo que se equivocaba.