Las tres localidades que conforman el municipio están separadas unas de otras aproximadamente medio kilómetro.
A sus pies se encuentra ubicado el pueblo de El Tejado, donde, en lejanas épocas, según reza la historia, estuvieron enclavados e instalados cuatro o cinco poblados de asentamientos prehistóricos.
En realidad está constituido por tres cerros: Este último nombre procede, al parecer, de una ermita dedicada a San Cristóbal, que existió hasta mediados del siglo pasado.
Antiguamente desde el Berrueco descendían algunos riachuelos, que, aunque su longitud y su tamaño no eran muy grandes, eran suficientes para cubrir las necesidades humanas.
Cien metros más arriba de la presa se encuentra "El Molino", cuyo nombre procede de un antiguo molino que se utilizaba para obtener energía eléctrica para alumbrar el pueblo.
El equipo del Proyecto Berrueco está formado por un grupo de especialistas con carácter multidisciplinar e internacional.
En él participan arqueólogos, geólogos, botánicos, restauradores y gestores del patrimonio, tanto españoles como británicos.
El yacimiento se conocía desde antiguo por numerosos hallazgos dispersos en colecciones particulares y por las noticias exageradas sobre su riqueza.
Lucía, a los pies del Berrueco, con importantes hallazgos exóticos en superficie (aríbalo de vidrio, cerámica griega, cuchillos afalcatados, braserillos, etc.).
No se han realizado excavaciones, pero materiales recogidos en superficie presumen una ocupación desde el s.VII al s. III a. C., por tanto sin romanizar.
En su superficie aparecieron numerosos restos cerámicos (especialmente del tipo "a peine") y molinos de mano barquiformes, además de un tesorillo de monedas republicanas fechadas entre el 174 y el 43 a. C. Resultaba extraño a los especialistas que no pudieran documentarse restos evidentes de muralla en los asentamientos del cerro del Berrueco, circunstancia que se atribuyó, en principio, a la suficiencia defensiva que proporciona el escarpado relieve natural.