El Jarillo

Ya por el año 1890 los hermanos Gregorio y Emilio Breidenbach Feussner[2]​ que una vez instalados en la Colonia Tovar deciden apartarse y radicarse lejos de la colonia, viendo que estas tierras poseían las condiciones perfectas para las labores agrícolas, se establecen para dar lugar a una pujante y próspera comunidad de descendientes alemanes que cultivan estas tierras de donde brotan las más dulces, además de jugosas frutas y que hoy conocemos como El Jarillo.

Su nombre se deriva de una planta existente en la zona que curiosamente tiene un parecido con el árbol del durazno.

En El Jarillo, hoy día, predominan aún los apellidos germánicos como Gerig, Ziegler, Ruh, Kohler,Breidenbach,Salas.

El dialecto alemannisch o Alemán coloniero básicamente ha desaparecido, sin embargo algunos ancianos aún hablan con fluidez algunas frases.

Los jarilleros lo llaman 'Patua' ya que les cuesta entender el alemán[2]​ por causa del aislamiento que han mantenido sus habitantes con respecto a Alemania; y los venezolanos integrados hacen del idioma usado en El Jarillo una variable con ciertas particularidades propias de este lugar.