La parábola del grano de trigo es una alegoría sobre la resurrección dicha por Jesús en el Nuevo Testamento.
Su audiencia rural fácilmente podría entender el principio de la resurrección producida por semillas muertas sembradas en la tierra.
[2] La imagen del grano del trigo que muere en la tierra para crecer y dar lugar a una cosecha puede verse también como metáfora de la propia muerte y entierro de Jesús y su resurrección.
El reverendo William D. Oldland en su sermón A no ser que un Grano de Trigo caiga en la boca del perro y muera dijo: Esta parábola es usada por Jesús para enseñarles (a los discípulos) tres cosas.
[3] El Apóstol Pablo también dice: "Lo qué se siembra en la tierra está sometido a pudrirse, lo que resucita es incorruptible" (1 Cor.