La primera bajada del Brujo se realizó el 14 de agosto de 1968 y desde entonces se ha repetido cada año, variando sólo el punto de partida, que al principio era el tejado bajo el campanario de la iglesia y actualmente, por el peligro que suponía, es un hueco que se abrió con este objetivo en la pared de la iglesia, y el recorrido, que se alargó unos metros más, en la calle Álava.
Para su elección se realizó una consulta popular de la que salió ganador Óscar Salgado, quien desde entonces encarna al Brujo.
Tras el chupinazo, cohete que con su lanzamiento da comienzo a las fiestas, el Brujo comienza a descender desde la iglesia de Nanclares de la Oca.
Va ataviado con un traje tradicional vasco, similar al de Celedón, con un paraguas y una cesta repleta de caramelos que lanza a los presentes durante el recorrido.
Como protagonista de las fiestas, el Brujo está presente y preside muchos de los actos que se realizan, como los pasacalles o las misas, en las que los patrones, la Asunción y San Roque, salen en procesión y este último es vestido con una banda de Peras, que el sacerdote bendice.
La noche del 16 de agosto (hasta hace unos años, la tarde) se sube en su carro, comienza a ascender, se para a mitad del recorrido de nuevo, da otro discurso en el que se despide hasta el año siguiente, y continúa hasta alcanzar la iglesia.