Es una obra imaginativa, irreverente y entretenida que consigna las ridículas aventuras de Lucio, joven viril obsesionado con la magia.
Sin embargo, a pesar de la seriedad del tema que aborda, la novela no deja de ser imaginativa, ingeniosa, y a menudo sexualmente explícita.
Su texto prefigura el género de la novela picaresca por episodios, cultivado por Quevedo, Rabelais, Boccaccio, Voltaire, Defoe y muchos otros.
En su desesperación, Lucio solicita ayuda divina y es escuchado por la diosa Isis.
También podría tratarse completamente de una sátira, cuyo capítulo final sería una crítica despiadada a la religión.