El último caballo

El último caballo es una película española dirigida, escrita y producida por Edgar Neville en 1950.

Esta película se considera como el primer manifiesto ecologista del cine español, un canto de rebeldía en pleno y duro franquismo.

Fernando Fernán Gómez, que encarna el papel de recluta, se resiste a abandonar a su mala suerte a “Bucéfalo”, el caballo con el que ha compartido desventuras durante demasiados meses; no puede soportar la idea de que lo conviertan en carne de cañón y lo destripen en cualquier plaza de toros.

No encontrará cuadras donde dejarlo, ni condiciones para mantenerlo en la capital.

A ello se suma la oposición de toda su familia, singularmente su suegra y su novia.