«El ánima de Sayula» es un poema picaresco escrito por el poeta y abogado michoacano Teófilo Karino Primero, en 1871.
Por aquellos entonces, Teófilo Pedroza ejercía su profesión en el poblado de Zapotlán el Grande, Jalisco.
El "ánima" fue inspirado en una broma que urdieron el autor, un peluquero de nombre José Arreola y Blasito, el boticario del pueblo, cuya víctima fue Apolonio Aguilar, un ropavejero de Sayula.
Una vez terminados los versos, Pedroza no contaba con recursos suficientes para imprimirlos, por lo que recurrió a un amigo suyo que tenía una imprenta y le hizo unos cuadernillos en cuya portada aparecía un fantasma cargando dos sacos de dinero.
Tampoco se encuentra algún libro de ese pintoresco autor -¡sería mengua!- en ninguna biblioteca pública”.