Con 12 años, una ceguera temporal y la tuberculosis estuvieron a punto de acabar con su vida.
[2] Un año después, como consecuencia del asesinato de su padre, tuvo que dejar los estudios para ayudar económicamente a su familia.
[4] En 1926 la represión del gobierno mexicano contra la iglesia católica tomó un cariz más agresivo, prohibiendo así las procesiones y todo culto público, e iniciando el fusilamiento de sacerdotes católicos.
Elías del Socorro se mantuvo escondido en una cueva de la Barranca El Leñero, estableciendo una iglesia improvisada y bajando al pueblo ocasionalmente para administrar sacramentos.
Rezó el credo y pidió a los soldados del pelotón que se inclinaran para recibir la bendición, a lo que el capitán del pelotón, Manuel Márquez Cervantes, respondió disparándolo dos veces en la cabeza, y matándolo en el acto.