Fue asimismo gobernador del sysla (distrito) de Rangárvalla entre 1904 y 1907.
Fue también editor y propietario del Dagskrá, el primer periódico publicado en Islandia (con sede en Reikiavik), de tirada semanal y de efímera existencia (hasta 1899), donde abogó por el empleo público como remedio para el desempleo.
Sus poemas más destacados poseen un halo de misticismo y oscuridad, pudiendo apreciarse atisbos de cierto panteísmo, sin destacar en concreto ninguna doctrina religiosa o filosófica.
Residió fuera de Islandia durante largos periodos, si bien su técnica y estilo, unidos a su amplio vocabulario vernáculo, le permiten ser considerado como uno de los más destacados preservadores del idioma islandés.
Sus descendientes viven hoy día en Islandia, Estados Unidos y otros países europeos; entre ellos destaca su tocayo Einar Benediktsson, antiguo embajador islandés en los Estados Unidos.