Edwy el Bello

Su corto reinado se vio caracterizado por las disputas con sus familiares, la nobleza y la Iglesia, encabezada por Dunstán y el arzobispo Otón de Canterbury.

Al buscarlo Dunstan, lo encuentra retozando con una dama noble llamada Ethelgiva y su hija, y se niega a volver a la reunión.

Viendo que este acto enfureció al rey, Dunstan se refugia en su monasterio, pero, incitado por Ethelgiva, el rey le persigue y trata de capturarle.

Pero Dunstan logra escapar disfrazado y huye al exilio, no volviendo al reino hasta la muerte de Edwy.

[2]​ Viendo los atropellos y excesos cometidos por el rey, y apoyados por el arzobispo Otón, los reinos de Mercia y Northumbria se rebelan y eligen como su soberano al príncipe Edgar, hermano del rey (958); Edwy se enfrenta a su hermano en batalla en Gloucester, pero para evitar una guerra civil, decide pactar con él, dividiéndose el reino, conservando Edwy los reinos de Wessex y Kent, en el sur, mientras que Edgar seguiría rigiendo los reinos de Mercia y Northumbria, en el norte.