[3] Tras la guerra, junto con el propietario de la empresa, Juan Bautista Puerto, creó la serie Roberto Alcázar y Pedrín, que se convertiría en uno de los títulos más exitosos del tebeo español de posguerra.
Vañó dedicó a la serie prácticamente toda su vida profesional, aunque creó también otras series, como Bob Tayler y Carlos Ray, Corazón de Acero, ambas con Manuel Gago en 1941,[5] y sobre todo Milton el Corsario (1956), del que se encargó de dibujar los 61 primeros cuadernillos.
[4] Para entonces, era tan célebre que Valenciana la promocionó como obra de Eduardo Vañó, el prestigioso dibujante de Roberto Alcázar.
[6] Reacio a las apariciones públicas, en 1991 renunció a asistir al homenaje que el Salón del Cómic de Barcelona le rindió a él y sus compañeros Sanchis y Karpa.
[2] A pesar de su éxito, su labor fue puesta en entredicho por algunos críticos durante la Transición.