Eduardo Arroyo Sevilla

Inició su actividad profesional en Torredelcampo, pero en 1914 se trasladó a Jaén, instalándose primero en la desaparecida plaza de las Cruces.

Apasionado por la fotografía, creó una extensa colección de placas impresas sobre vidrio, para visión tridimensional, que podían contemplarse en el aparato conocido entonces como «veráscopo», un ingenio óptico muy popular a finales del siglo xix y principios del xx.

Grandes personalidades como Andrés Segovia, con quien le unía una amistad, participaron en alguna de estas audiciones.

Dominaba el esperanto, lo que le permitió cartearse con personalidades científicas de toda Europa.

Mantenía intercambios y colaboraciones con otros hombres de ciencia, entre ellos el famoso médico Gregorio Marañón.