Edmond Locard

Edmond Locard escribió[1]​ tratados de criminalística y poroscopia.

Sherlock no es más inteligente que Dupin, pero conoce mejor su oficio.

En Les pores et l’identification des criminels (1912) Locard concluía, según Ashbaugh (1999) que: Wentworth y Wilder en Personal Identification (1918) traen a colación algunos de los aspectos fundamentales de la identificación por Poroscopía según Locard: El Principio de Locard se suele expresar así: El principio ha permitido obtener indicios relevantes en numerosos lugares, desde huellas en el barro o sus restos en neumáticos y calzado, hasta huellas dactilares o restos en las uñas.

Locard hizo la observación «Il est impossible au malfaiteur d'agir avec l'intensit que suppose l'action criminelle sans laisser des traces de son passage», es decir, 'es imposible que un criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros de su presencia'.

[2]​ La primera referencia encontrada del principio del intercambio de Locard aparece en la obra de Reginald Morrish, The Police and Crime-Detection Today.