Se compone de amplios monoambientes y su imponente fachada, cubierta por celosías, es un importante referente en el paisaje urbano del centro.
La división de los departamentos, estructurados como cocinetas, pretendía atraer a residentes solteros o parejas que llegaban a la ciudad en busca de las oportunidades generadas en este período de gran crecimiento económico.
[2] La superficie total construida del edificio es de 41 600 m².
Destaca la variación plástica de su fachada, determinada por las restricciones existentes en la época y por la ubicación del edificio, en la confluencia de dos vías.
En el vestíbulo de entrada, ubicado en el primer sótano, hay tres grandes paneles con mosaicos ejecutados por Di Cavalcanti.