A pesar de su interés por objetivos colectivos, como el bienestar económico, Wieser adoptó un planteamiento individualista rechazando explícitamente la estructura colectiva, aproximándose al liberalismo, y estableciendo la diferencia esencial entre su Economía Social en general y la economía socialista de corte estadocéntrico (ver Wieser y liberalismo).
Para Wieser, el individuo es la raíz de todas las decisiones.
[2] Las decisiones se toman frente a determinadas restricciones.
Entonces la Economía Social de Wieser es, en efecto, una economía comunista[2] en la cual, lográndose la mayor productividad, los recursos escasos son asignados por un planificador omnipresente y benévolo, que posee la perspicacia directa y exacta a la hora de conocer las intensidades de las satisfacciones experimentadas y las necesidades por los miembros individuales de sociedad, en la cual todos poseen exactamente los mismos gustos y las mismas escalas de utilidad y reciben los mismos ingresos.
Además, sus direcciones son seguidas sin duda por una mano de obra totalmente dócil.