Se lo menciona por primera vez recién en el Majabhárata (texto epicorreligioso del siglo III a. C.).
Sin embargo según el capítulo 44 del Brahmanda Purana, se menciona otro origen a partir de Shiva.
Debido a ello, su consorte, Parvati, se quejó de que ahora era imposible vivir con Shiva.
Él realizó un iagña (sacrificio donde se ofrecen alimentos al fuego, y se recitan oraciones) con un fervor devocional tan grande que el Señor Naráian quedó complacido y le prestó su sudarshana chakra (su darshana significa ‘muy visible’; se trata de un disco parecido a los anillos ninjas, con el que Visnú le corta la cabeza a los demonios).
En su salvaje ira se arrancó un cabello, con el creó un demonio para matar a Ambarisha; pero entonces intervino el disco sudárshana del dios Naraian, decapitó al demonio y comenzó a volar hacia Durvasa para matarlo también.
Por ejemplo, él le dio un mantra a la princesa Kunti (más tarde esposa del rey Pandu y madre de los poderosos hermanos Pándavas) que le permitía atraer instantáneamente a cualquier dios y tener relaciones sexuales con él.
Ella abandonó al bebé en una canasta en el río Ganges, y fue criado por otra familia, sin saber que era un príncipe.
Cuando Durvasa llegó, ya la hoja se había agotado y no quedaba nada que ofrecerle.
Los Pándavas se sintieron desesperados acerca de su destino si no lograban alimentar a tan malvado santo.
El sabio fue a la choza de los Pándavas y les pidió disculpas porque no podría aceptar ningún alimento.