Marsella era el mejor equipo de Francia del momento, y la junta directiva del Bastia quería aprovecharse de ello añadiendo una grada supletoria para tener más aforo, aumentando el número de asientos en un 50%.
Las autoridades locales aprobaron el proyecto sin restricciones.
[cita requerida] Antes del partido, la grada se derrumbó, matando a 18 personas y dejando además 2300 heridos.
Desde entonces, el Armand-Cesari fue mejorado lentamente y sólo sigue en pie una de las cuatro gradas de 1992.
Este estadio "en construcción" sorprendió a los jugadores del Benfica en 1997, ya que creían estar el campo de entrenamiento.