Lidell participó en importantes investigaciones aunque no pudo acceder a una educación formal en arqueología.
La familia se mudó varias veces, en 1898 vivía en Prudhoe Hall.
Era un familia filantrópica e interesada en su comunidad dondequiera que viviera.
Este sitio tuvo una influencia significativa en la percepción de la vida neolítica.
Allí Liddell descubrió una entrada enmarcada que conducía a un recinto que había sido destruido por el fuego además descubrió más cerámica que coincidía con otros lugares, como Fort Harrouard, en Francia, y otros sitios de la Edad del Hierro.