Dopethrone

El vocalista y guitarrista Jus Oborn declaró que el consumo de drogas y otros problemas personales llevaron a que la producción de Dopethrone fuera un «proceso difícil»; de hecho, a su llegada a los estudios Chuckalumba, el trío solo había compuesto tres canciones y durante los tres días de grabación los músicos discutieron sobre la mezcla y el sonido en general.

En cuanto a su estilo musical, los críticos lo calificaron como un álbum de géneros stoner rock y doom metal, mientras que, para las letras, Oborn utilizó como inspiración las obras literarias de H. P. Lovecraft y Robert E. Howard.

Es metal underground donde, si tienes suerte, puedes vender una o dos copias»; aun así, llegó a sentirse presionado por Lee Dorrian, propietario de Rise Above Records, para que creara un nuevo álbum.

[2]​ Por otra parte, el músico declaró que, durante aquella época, los tres componentes de la banda tuvieron problemas derivados del consumo de drogas: él mismo fue detenido por prender fuego a un Reliant Robin, el batería Mark Greening tuvo un accidente con su motocicleta que le provocó la rotura de una clavícula y el bajista Tim Bagshaw fue arrestado por irrumpir en una licorería.

[3]​ Por su parte, la banda creó la pieza central, titulada «Weird Tales», completamente en el estudio.

[7]​ Por su parte, Jim DeRogatis del The Chicago Sun señaló que su estilo era conocido como stoner rock en los Estados Unidos y como doom metal en el Reino Unido.

[...] Ellos querían poner turntablism o alguna mierda así en alguna canción y yo los habría matado».

[10]​ Tras su lanzamiento, Electric Wizard hizo una gira con Sons of Otis que comenzó en el Reino Unido el 27 de septiembre y continuaría por países del resto del continente europeo como Suiza, Alemania, Dinamarca, Suecia y los Países Bajos, entre otros; finalizó el 22 de octubre con un concierto en Bradford.

Entre las otras agrupaciones que participaron en los conciertos estaban Warhorse, Bongzilla, Cathedral y Converge.

[20]​ En una crítica retrospectiva, Eduardo Rivdavia de AllMusic remarcó que la agrupación había «elevado el listón de los logros del doom metal en el nuevo milenio: buena suerte para la competencia».

Jus Oborn confesó haber consumido drogas durante la grabación. En la imagen, el vocalista durante una actuación en 2011.
Mark Greening se arrepintió de su trabajo porque, en su opinión, la batería no sonaba «lo suficientemente fuerte».