Se utiliza fundamentalmente en contraposición tanto al trabajo gremial de los talleres artesanos de tradición medieval como a la manufactura y la fábrica (el denominado factory system propio de la Revolución industrial del siglo XVIII).
El sistema putting-out se generalizó a partir de la Edad Moderna.
Los burgueses, en un nuevo papel de empresarios capitalistas, ofrecieron a los campesinos las materias primas y herramientas necesarias para la producción de determinados productos, especialmente textiles.
Aunque en ocasiones se confunden, existen diferencias entre el sistema putting-out y el conocido como domestic system (sistema doméstico): en el sistema doméstico, el productor —generalmente un agricultor— es propietario tanto de la materia prima como de los instrumentos para la transformación de la misma.
Con el tiempo, los empresarios restringieron aún más la producción de los artesanos, reuniéndolos en oficinas (futuras fábricas) y dando origen a la manufactura: tales cambios contribuyeron a la Revolución industrial.