Su reinado duró desde su elección tras la muerte de Domenico Flabanico en 1043 hasta su propio fallecimiento en 1071.
Durante ese periodo, los venecianos recobraron Zadar y partes de Dalmacia que el reino de Croacia les había arrebatado décadas atrás.
La flota veneciana se desarrolló fuertemente bajo su mando y la economía de la ciudad disfrutó de bonanza al tiempo que la república extendía su control a lo largo del mar Mediterráneo.
Domenico Contarini mantuvo relaciones amistosas con los emperadores bizantinos, con el papa en Roma y con el Sacro Emperador Germano, Enrique III.
Su tumba se encuentra sobre la entrada principal, rematada por un busto suyo con el "corno", el sombrero distintivo de los dogos.