Fue detenido en diversas manifestaciones nacionalistas entre 1916 y 1920, algunas en apoyo de los voluntarios Catalanes en la Primera Guerra Mundial.
Mantuvo también relación con Pere Seras y otros catalanes de América.
Durante la Segunda República y la Guerra Civil Española trabajó como funcionario del Ayuntamiento de Barcelona sin tener ninguna militancia ni acción destacada.
Sin embargo, en 1939 fue denunciado por compañeros de trabajo y detenido en su puesto por las tropas franquistas.
El nuevo alcalde de Barcelona, Miquel Mateu i Pla, no hizo ningún intento por salvarlo.