Otros síntomas son prurito, otalgia (dolor de oído), y vértigo discreto en ocasiones.
En el caso de semillas es conveniente extraerlo pronto ya que estas se pueden dilatar en el CAE y luego es más costosas su extracción.
El agente infeccioso suele ser una Pseudomona spp (67% de los casos), Staphylococcus, Streptococcus, o bacilos gram negativos.
Clínicamente hay otalgia moderada-intensa, tumefacción que estenosa el conducto auditivo externo, eritema, otorrea purulenta.
[7] Es una entidad poco frecuente pero debe sospecharse en todo paciente inmunocomprometido con otalgia, otorrea purulenta y tejido de granulación o exposición ósea en el conducto auditivo externo.
Aunque Pseudomonas aeruginosa es el germen más frecuente también se han descrito casos por Staphylococcus aureus o S. epidermidis, Proteus mirabillis, Klebsiella oxytoca y P. cepacia.
Aparece prurito en la zona del meato auditivo externo, en pocas horas se transforma en dolor que va creciendo en intensidad, no refiere otorrea, ni sensación de hipoacusia.
[8] Se define como una infección aguda, subaguda o crónica que afecta al epitelio escamoso del conducto auditivo externo, causada por levaduras y hongos filamentosos.
Los manejos son: limpieza cuidadosa del conducto auditivo externo por micro aspiración, la eliminación del agente causal con antimicrobianos, la reducción de la inflamación, edema, dolor y prurito, y la eliminación o control de los factores predisponentes.
La primera manifestación clínica es el inicio de otalgia, pero poco después se manifiestan las típicas vesículas herpéticas y parálisis facial homolateral muchas veces irreversible.
Son indoloros, pero cuando el tumor crece puede provocar dolor, plenitud auditiva, hipoacusia o sordera y otorrea.
Clínicamente pueden parecerse a las benignas, es decir, ser asintomáticas, es por eso que el diagnóstico suele ser en etapas avanzadas.