El doctorado en derecho en Chile es el máximo grado académico que puede alcanzar un licenciado en ciencias jurídicas.
La Ley de Universidades reconoce que este grado se confiere al alumno que ha obtenido un grado de licenciado o magíster en la respectiva disciplina y que ha aprobado un programa superior de estudios y de investigación, y acredita que quien lo posee tiene capacidad y conocimientos necesarios para efectuar investigaciones originales.
[7] Los doctores en Derecho anteriores al año 2002 obtuvieron este grado académico en el extranjero.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, solo un puñado de juristas chilenos concurren a Universidades extranjeras, la mayoría españolas, a iniciar sus estudios de doctorado, como Máximo Pacheco Gómez (1950), Luis Ortiz Quiroga (1960), Juan Bustos (1965), Francisco Samper (1965), Pedro Pierry Arrau (1968), Jorge López Santa María (1968), Eduardo Soto Kloss (1968), Carlos Cerda Fernández (1970), Raúl Bertelsen (1971), Daniel Peñailillo (1971), Alejandro Guzmán Brito (1974), Ricardo Sandoval (1974), Agustín Squella (1976) y José Luis Cea (1977), Enrique Barros (1976).
Fuera de ese ámbito, son los casos de José Luis Cea en Míchigan, Eduardo Soto y Jorge López en París y Enrique Barros en Múnich.