Distinción, junto con Necesidad militar y proporcionalidad, son tres importantes principios del derecho internacional humanitario que gobiernan el uso legal de la fuerza en un conflicto armado.
Este principio determina que los beligerantes deben distinguir entre combatientes y civiles.
Según la Cruz Roja Internacional,[1] La piedra angular de los Protocolos adicionales de 1977 es el principio de distinción, según el cual las partes en un conflicto armado deben distinguir entre civiles y combatientes así como entre bienes de carácter civil y objetivos militares.
El respeto de este principio es indispensable para la protección de los civiles.
Los Protocolos adicionales I y II prohíben: