Disciplina de enaguas

Para algunos autores y estudiosos del tema el fenómeno se limita a una fantasía sexual de tipo fetichista encarnada en la ficción delirante de algunas mentes perversas,[1]​ sin embargo la evidencia histórica sugiere que está práctica fue ampliamente desarrollada durante la época victoriana y que desapareció casi por completo durante el siglo XX.

[2]​ Recientes estudios sobre el tema sugieren que dicha práctica está siendo retomada nuevamente por algunos grupos espontáneos y no sistémicos de mujeres que en oposición a la cultura machista y a la violencia de género, han retomado está práctica aportando nuevos matices, buscando feminizar el carácter y reducir por completo la conducta agresiva de sus hijos varones.

[5]​ Pero más allá de la mera formalidad del vestuario, es posible encontrar numerosos casos de niños que fueron educados con una perspectiva feminizante, tal y como aparece documentado en algunos estudios cuya referencia histórica se sitúa en el siglo XIX.

[7]​ Igualmente existen casos documentados de niños que como consecuencia de sus malos resultados académicos en el colegio, eran obligados a vestir como niñas durante todo el verano, debiendo lucir aparatosos trajes largos, en algunos casos corsé y accesorios propios de la indumentaria que utilizaba el género femenino en la época, un caso famoso es por ejemplo el del primer ministro británico Harold Macmillan que era obligado durante sus vacaciones a vestir trajes femeninos.

[9]​ Si bien la "disciplina de enaguas" desapareció prácticamente como movimiento social durante el siglo XX y la mayor parte de las teorías sicológicas y pedagógicas consideran esta técnica como inconveniente y perjudicial,[10]​ un nuevo movimiento social ha surgido en los últimos años principalmente en Latinoamérica con una visión renovadora que gracias a las redes sociales ha consolidado un colectivo defensor de la técnica como mecanismo idóneo para la reeducación feminizante.