Consiste en inyectar ozono dentro del propio disco intervertebral responsable de la lesión.
La intervención se lleva a cabo simplemente con anestesia local o sedación.
Su aplicación es factible en la mayoría de los traumas sobre distintos niveles (cervical, dorsal y lumbar).
El procedimiento de la discólisis se realiza bajo control radiológico, en un quirófano.
Sus únicas contraindicaciones conocidas son el hipertiroidismo, favismo, hemofilia, hemorragias recientes y enfermos tratados con anticoagulantes Sintrom (acenocumarol).