Todo debía ser reconstruido, no solamente las ciudades casi arrasadas por los bombardeos o los combates, sino también la infraestructura vial y ferroviaria.
Esto no era diferente en los aspectos culturales y deportivos de toda la nación alemana.
Entre las medidas destinadas a desnazificar Alemania, el Consejo de Control Aliado publica la Directiva n.º 23, que declaraba, entre otras cosas: La directiva también prohibió a las organizaciones deportivas emplear los antiguos nombres.
La Directiva n.º 23 se aplica a todo el territorio alemán, pero sus efectos son más visibles en Berlín, donde el número de clubes existentes antes, e incluso durante, la guerra era muy elevado.
Algunas denominaciones no se volvieron a usar jamás, especialmente en territorios que ya no formaban parte de Alemania como Silesia o la antigua Prusia Oriental, pero también en el corazón del país.