Casi un siglo después, en 1955, el compositor Vicente Garrido Calderón le escribiría una letra que se popularizaría.
Una versión de la historia señala que su benefactor y amigo Roberto Maqueo, viéndolo en esta situación difícil, le dejó discretamente 12 pesos en plata.
Otra versión señala que le visitaron indígenas en Tlacolula para encargarle un vals para la patrona de su pueblo (Santa Maria de la Asunción), dejándole 12 pesos en plata como paga.
En todo caso, se afirma que en cuanto Alcalá recibió el dinero, se incorporó en su cama y trazó en una pared los primeros compases del vals, los cuales transcribió después en un papel para música, con gran esfuerzo de su parte.
Su versión con letra fue hecha en 1955 por Vicente Garrido para que la cantara Pedro Infante.