[1] Su padre también fue un afamado andarín y estaba orgulloso de que su hijo continuara la tradición.
[1][2] Comenzó como corredor disputando las pollaradas aragonesas, que al principio las corría descalzo.
Junto a Dionisio Magén, apodado el Chato de Garrapinillos, e Ignacio Latorre fueron los grandes dominadores.
Por la noche regresó a su pueblo y se comió uno de los pollos que había ganado.
Emigró a Zaragoza a trabajar y una vez allí aprovechó la fama de corredor que tenía para correr por el equipo de fútbol local, el Real Zaragoza, a cambio de trabajo como conserje, alojamiento y leña.