Representó a los Dragones rojos en los años 1980 y fue su capitán.
[1] Jugó cuando el rugby era un deporte aficionado y por eso trabajó como electricista.
Luego del mundial 1987 John Ryan y ningún otro técnico lo tuvieron en cuenta, prefiriendo a Paul Arnold y Phil May.
Tony Gray lo llevó a Nueva Zelanda 1987 como el capitán y lo alineó con Bob Norster.
Gales logró su mejor participación histórica y Moriarty se retiró de la selección tras la prueba contra los Wallabies.