A instancias del académico Dámaso Alonso, que seguía con interés su trabajo y tenía conexiones con la editorial Gredos, Moliner acabó firmando, en 1955, un contrato con esta para la futura publicación de la obra, cuya edición tipográfica fue muy laboriosa.
[7] Además, anticipó la ordenación de la Ll en la L, y de la Ch en la C (criterio que la RAE no seguiría hasta 1994), o términos de uso ya común pero que la RAE no había admitido,[8] como «cibernética», y agregó una gramática y una sintaxis con numerosos ejemplos.
La primera (y la única edición original autorizada por ella) fue publicada en 1966-1967.
La primera, que sigue la estructura original de la autora, ya no se publica.
[13] Para ello, no sigue estrictamente el orden alfabético, sino que se agrupan los términos como en un tesauro: etimológicamente.
Ya en el siglo XX, Paul Robert había hecho lo mismo para la lengua francesa (Grand Dictionnaire alphabétique et analogique de la langue française), y Julio Casares en 1942 para la española.
Así, María Moliner consiguió extraer el significado de las palabras, y agruparlas usando esta base.
En la presentación de su libro se explica que las características más importantes son: La editorial Gredos tenía los derechos de publicación, y en 1998 decidió actualizar el diccionario.
Para ello ordenó alfabéticamente las palabras y modificó abundantes significados.
Los cambios realizados ofendieron a los herederos de María Moliner, que interpusieron varias demandas contra esta edición.
En 1988, los titulares de la sociedad Pedro Ramón Moliner S. A. eran su viuda, Annie Jarraud y sus tres hijos.