Dibujo de san Juan Evangelista

Es muy probable que este pintor preparase sus composiciones con croquis y dibujos sobre papel, puesto que en el inventario de sus bienes, realizado después de su muerte, se citan entre 150 y 250, pero son muy pocos los que se han conservado, y cuya atribución al maestro cretense sea indiscutible.

Este conjunto habría servido como una "pieza de contrato", que el Greco habría presentado y discutido con Diego de Castilla, cuya estricta supervisión se impuso a las ideas del maestro cretense.

Esto se refleja en el memorándum adjunto al contrato original —que seguramente incluía los dibujos—, destacando que Diego de Castilla tenía plena autoridad para aceptar, rechazar u ordenar alteraciones en las pinturas terminadas: "Si alguna de estas pinturas no es satisfactoria en parte o en su totalidad, el dicho Dominico está obligado a corregirlas, o a rehacerlas, de manera que la obra sea perfecta y aceptable para Don Diego, a cuya opinión se someterá el mencionado Dominico..."[2]​ Enriqueta Harris Frankfort publicó este dibujo como estudio del santo del retablo mayor de Santo Domingo el Antiguo, y lo fechó poco después de la llegada del artista a España.

El artista define cuidadosamente las líneas arquitectónicas, usando aguada negra y marrón, y yeso blanco, sugiriendo un espacio detrás de las figuras, donde proyectan sus sombras.

A diferencia del dibujo de San Juan Bautista, la figura de San Juan Evangelista fue alterada considerablemente entre el dibujo y la pintura que se montó finalmente en el retablo.