Diaconía (en latín, diaconia o diaconium), en la primitiva Iglesia cristiana, era el término utilizado para denominar un hospicio u hospital establecido para asistir a los pobres y a los enfermos.
Diaconía es el nombre que ha quedado a las capillas u oratorios de la ciudad de Roma gobernadas por diáconos, cada uno en el cuartel o región a que pertenece.
A estas diaconías está unido un hospital o despacho para la distribución de las limosnas.
Su jefe se denominaba arcediano.
El hospital unido a la iglesia de la diaconía, tenía para lo temporal un administrador llamado el padre de la diaconia, que era a veces un sacerdote y otras, un simple seglar.