El desfibrilador subcutáneo (en inglés S-ICD) es un producto sanitario implantable activo cuyo objetivo es detectar y tratar a través de descargas eléctricas, las arritmias cardiacas potencialmente malignas.
Por este mismo motivo, tampoco cuenta con terapia de estimulación antitaquicardia (en inglés ATP)[3] .
En el 2009 el S-ICD recibe el Marcado CE,[5] realizándose ese mismo año el lanzamiento comercial de esta tecnología en Europa.
Para implantar un desfibrilador subcutáneo no se requiere el uso de fluoroscopia (rayos X) dado que el procedimiento es guiado por marcas anatómicas.
La ubicación del generador y del electrodo también es diferente: el generador se implanta en el costado izquierdo y electrodo se implanta debajo de la piel en forma de ‘L’.