[3] En los grupos comunitarios y movimientos sociales de las Américas, la descolonización del conocimiento tiene sus raíces en la resistencia contra el colonialismo desde sus inicios en 1492.
Enrique Dussel dice que la descolonización epistemológica se estructura en torno a las nociones de colonialidad del poder y transmodernidad, que tiene sus raíces en el pensamiento de José Carlos Mariátegui, Frantz Fanon e Immanuel Wallerstein.
[16] Según Lewis Gordon, la formulación del conocimiento en su propia forma singular era desconocida en tiempos anteriores al surgimiento de la modernidad europea.
[17] Según Walter Mignolo, la base moderna del conocimiento es por tanto territorial e imperial.
[18] Explica la descolonización epistémica como un movimiento expansivo que identifica "ubicaciones geopolíticas de la teología, la filosofía secular y la razón científica" al mismo tiempo que reconoce "los modos y principios del conocimiento que han sido negados por la retórica de la cristianización, la civilización, el progreso, el desarrollo y democracia de mercado”.
La población indígena comprometida con la decolonización adopta una visión crítica hacia los discursos y las formas de investigación eurocéntricas, a la vez que buscan devolver a las prácticas culturales indígenas su valor como forma de conocimiento.
Se insta a investigar fuera de los cánones de conocimiento occidentales para determinar si existen cánones alternativos que hayan sido pasados por alto o ignorados como resultado del colonialismo.
[27] Ngũgĩ wa Thiong'o, quien enfatiza la importancia de descolonizar la historia, la memoria y el lenguaje, ha declarado que el lenguaje, no la geopolítica, debe servir como punto inicial de la descolonización.
[28] Según Mamdani, la educación universitaria debe ser más diversa y multilingüe, enfocada no sólo en brindar educación occidentalizada en una variedad de idiomas, sino también en la promoción de tradiciones intelectuales no occidentales que pueden nutrir tanto al discurso académico como al público.
Según Yako, a pesar de que académicos como Marx, Hegel, Foucault y muchos otros se inspiraron en numerosos pensadores anteriores a ellos, no se les identifica con los nombres de tales intelectuales.
Se dice que este campo de estudio moderno se desarrolló por primera vez en Europa durante un período de creciente nacionalismo y explotación colonial, que determinaría las narrativas históricas del mundo.
Este relato sugiere "que las mismas formas en que estamos condicionados a mirar y pensar sobre el pasado a menudo se derivan de escuelas de pensamiento imperialistas y racializadas".
[40] Ello "requiere un estudio crítico riguroso del imperio, el poder y la contestación política, junto con una reflexión detallada sobre las categorías construidas de diferencia social".
[31] Según este relato, tal perspectiva hacia la ciencia implica "que la realidad es discreta y estancada; inmune a la subjetividad de su observador, incluidas sus persuasiones culturales; y desmontable en sus partes componentes cuyo funcionamiento puede luego determinarse a través de medios verificacionistas".
[42] Según esta perspectiva, la ciencia moderna "refleja elementos fundamentales del empirismo según Francis Bacon, el positivismo conceptualizado por Comte y el neopositivismo sugerido por la Escuela de Viena a principios del siglo XX".
También se ha sugerido que la perspectiva científica dominante que minimiza la función o influencia del Espíritu o Dios en cualquier manifestación en sus procesos, no solo es occidental y moderna, sino también secular en su orientación.
En este contexto, Sotillos busca revivir la metafísica tradicional, también conocida como ciencia sagrada o scientia sacra, que se guía por principios metafísicos y se basa en las enseñanzas sapienciales de las religiones del mundo.
Busca erradicar las "grandes narrativas imperiales", que se dice localizan la ciencia en una única "tradición de conocimiento indígena".
A cambio, quiere recuperar la visión tradicional del ser humano como un espíritu, un alma y un cuerpo.
[44] Los académicos decoloniales argumentan que el estudio sociológico ahora está dominado por los puntos de vista de los académicos del Norte Global y los estudios empíricos que se concentran en estos países.
[51] Ponen un fuerte énfasis en incluir los problemas, las perspectivas y la forma de vida del Sur Global que generalmente quedan fuera de la investigación sociológica y la construcción de teorías; por lo tanto, la descolonización en este sentido se refiere a hacer que las realidades sociales no occidentales sean más relevantes para el debate académico.
[53][54] Según Joseph Lumbard, los modos analíticos euroamericanos han permeado los estudios coránicos y tienen un impacto duradero en todas las facetas de la disciplina.
[39] Es una estrategia para transformar una cultura jurídica que históricamente se basó en una comprensión hegemónica o eurocéntrica del derecho en una más inclusiva.
Por ejemplo, el derecho consuetudinario inglés predomina en las antiguas colonias británicas de África y Asia, mientras que en muchas antiguas colonias francesas se utiliza el derecho civil que refleja los valores de la sociedad francesa.
Autores como Zeynep Celik han respondido a esta propuesta ya desde la historia del arte, con su aclamado texto Speaking back to orientalist discourse (2014),[57] partiendo del gran calado historiográfico del texto de Said que analiza el oriente desde una perspectiva occidental, da la vuelta a este paradigma para analizarlo desde el punto de vista de “el otro” creando así un diálogo entre culturas y normas hegemónicas.
Escuchando la voz de “el otro” se pretende contestar las fórmulas reduccionistas que explican las relaciones sociopolíticas para reestablecerlas en toda su densidad, se reposiciona el discurso hegemónico para que pueda transformarse y descolonizarse.
Podemos ver también la problemática de la mujer como subalterna doblemente marginada: La problemática con los subalternos, es cuando además son mujeres, ya que el pensamiento occidental ha denostado siempre a las mujeres, y cuando son subalternas más, ya que se enfrentan a una opresión doble, por su género y por su clase social y por posición colonial.
Estas obras han abierto un largo camino a la historia del arte decolonial con textos como el de Laura Catelli, que ha realizado un análisis detallado sobre la llamada “Pintura de Castas” o “Is Byzantine Studies a Colonialist Discipline?”, un texto publicado por Penn State University Press y editado por Benjamin Anderson y Mirela Ivanova sobre arte bizantino o el artículo ‘La emergencia de los Estudios visuales: resonancias en América Latina’ de Sofía Slenra Chaves[59] entre otros.
[70] El resultado de este enfoque es que las comunidades locales no pueden aprovechar la investigación en su propio beneficio.
[72] Para Sabelo Ndlovu Gatsheni, descolonizar la metodología implica “desenmascarar su papel y finalidad en la investigación”.