Durante el mismo se hundieron veinticinco naves y murieron cerca de 5000 personas.
Aguardando viento favorable para desplazarse a África, la tarde del 18 de octubre, debido al mal tiempo y a que el puerto de Málaga se hallaba muy expuesto al oleaje del este, Mendoza ordenó que la flota se desplazara a la bahía de La Herradura, sesenta kilómetros al este, donde hallaría resguardo.
Remando, las galeras llegaron a la bahía la mañana del día siguiente, pero una vez echadas las anclas al levante de la bahía, en la Punta de la Mona, se levantó fuerte viento del sudoeste, que empujó las galeras contra los riscos y contra la playa, haciendo chocar unas embarcaciones con otras.
Puede que se salvaran unas tres mil personas, aunque el número de los embarcados también es una estimación.
Casi todos fueron soldados pero también había mujeres que se dirigían a la plaza de Orán.