Desastre de La Josefina

Este suceso mantuvo al Ecuador en crisis (tragedia nacional) durante 33 días y de la que la comunidad internacional estuvo en expectativa.

Entre los centros de desarrollo se destacan Cuenca-Azogues, El Descanso-Paute y El Descanso-Gualaceo.

Sin embargo, no sería hasta el sábado 1 de mayo que se desfogaría toda el agua acumulada en el dique.

Casi la mitad del Cantón Paute quedó recubierto por agua, sin embargo, la ciudadela Don Bosco fue la más afectada, quedando cubierta de lodo casi en su totalidad.

La emergencia se volvió tan grave que el Presidente Sixto Durán Ballén movilizó su oficina a la ciudad de Cuenca para poder tratar personalmente esta tragedia, al igual que se conformó un comité de crisis encabezado por el Presidente y varios ingenieros.

A primera vista, esta solución pareció surtir efecto, puesto que el agua volvió hacia el cauce seco en el que antes corría, sin embargo, las torrenciales lluvias continuaron y esta solución se convirtió en lenta, costosa e inefectiva.

De igual forma tras el llamado de ayuda por parte del presidente de Ecuador y el alcalde de Paute, varios gobiernos y agencias internacionales pudieron sumarse a la causa donando carpas, materiales para viviendas temporales, tanques para agua, duchas, letrinas para los campamentos y albergues; todo esto fue destinado únicamente para las familias que lo habían perdido todo por causa del deslave.

Cabe mencionar que los campamentos y albergues fueron utilizados por varios meses, en cambio las viviendas temporales por más de dos años.

Cuarenta y ocho horas después del desastre, se comunicó a la comunidad pauteña de que una delegación nacional estaba abordando sus tierras para ofrecer ayuda, como también inspeccionar la zona del desastre.

Dicha delegación supo informar al expresidente, Sixto Durán Ballén, que es de suma importancia su presencia tanto como jefe de Estado y técnico a la vez ya que con esto el presidente podría mantener su imagen en alza hacia los pauteños y demás pueblo ecuatoriano.

Esto lo realizó trasladándose a Cuenca, en la Jefatura del Comando Militar, en donde junto con sus asesores pudo dirigir el operativo de emergencia.

Durante todo el tiempo que se quedó, Sixto Durán-Ballén pudo realizar diversas actividades para tomar acciones ágiles a favor de los damnificados tales como trasladarlos a albergues en Cuenca.

De igual forma sistematizó las posibles soluciones al problema del represamiento, esto lo hizo junto con técnicos nacionales como también internacionales, además movilizó a sus ministros y altos funcionarios del gobierno a la zona del desastre, incluso les ordenó que realicen actividades que vayan en pro del desarrollo de la zona afectada, tales como obras públicas, salud, vivienda, entre otras, lo que de una forma u otra intensificó la labor de las instituciones nacionales y oficinas seccionales.

A esas horas una ambulancia recorría gran parte del territorio pauteño perifoneando que se había suscitado un desastre y por ende tenían que evacuar la zona, varias familias aún con la incertidumbre salieron de sus hogares sin percatarse de la gravedad de lo sucedido.

El pueblo pauteño se encontraba sin luz, es así que las personas salieron con velas, faroles y linternas a descubrir el gran caos de la Josefina, perpetuos fueron protagonistas del gran desastre, árboles caídos, viviendas cubiertas por el agua, animales muertos en las acequias de la comunidad.

En el momento que amaneció, todo el pueblo pauteño ya se había enterado del desastre, el gran impacto dejó sin aliento a más de uno al ver sus viviendas bajo el agua.

En aquel entonces, Walter vivía en la ciudad de Cuenca, y al recibir una llamada que le hacía saber sobre el deslave del cerro Tamuga, viajó a Paute para revisar la situación general, y pensar como podía salvar su pequeña vivienda vacacional.

Para que no se mueva con el caudal, Suárez había atado con sogas su casa contra unos árboles de eucalipto.