Se ha encontrado que tiene efectos sobre la percepción, la cognición, el aprendizaje y las reacciones motoras.
Los primeros sujetos de experimentación fueron estudiantes universitarios, a los cuales se les pagaba para que estuvieran acostados 24 horas en una cama cómoda, situada en un cuarto muy pequeño e iluminado, a prueba de ruidos.
[1] Luego se aplicaron tres tipos básicos de situaciones experimentales.
Los sujetos tienen permitidos abandonar la habitación antes de que se hayan cumplido las 24 horas; aun así, menos del 10% llegan a hacerlo, ya que encuentran la cámara relajante.
De hecho, dar la vuelta mientras se encuentra flotando en la solución requiere esfuerzo.