Para el Concilio Vaticano II se promulgó la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual en donde se estableció que la manifestación deportiva ayudaba tanto al equilibrio espiritual como al establecimiento de relaciones fraternas entre los hombres.
De esta manera las mismas autoridades de la Santa Sede han organizado departamentos en la Curia Romana que fomentan las relaciones culturales y sociales con personas naturales y jurídicas en función del trabajo pastoral.
[2] También Pío XI escribió similar número de discursos, aparte que practicó el montañismo.
[3] Se dice que «El Papa Pacelli advertía la importancia de que los deportistas no pretendan solo “ganar una copa”, o de “darse aire de superhombre” sino a “transformar esta actividad en un verdadero acto simbólico que sepa tener juntas todas las capacidades del ser humano, creando una armonía y belleza”».
[2] Con Juan XXIII se reconoció «el aspecto social del deporte», puesto que este papa notó y valoró «la extensión alcanzada por el deporte y la prensa deportiva [que] ocupa un puesto de primer plano y constituye uno de los fenómenos más vivos e interesantes de la cultura contemporánea».
[2] De hecho, el profesor Tomás Bolaño le reconocía como un «teólogo del deporte».
Le encantaban los deportes y por eso recibía a atletas de todo el mundo.
Cabe agregar que este pontífice escribió en su libro Cooperadores de la verdad (Mitarbeiter der Wahrheit): En cuanto al papa Francisco, ya era un reconocido hincha y socio acreditado del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
[13][14] Además, el 1 de septiembre de 2014 convocó al Partido Interreligioso por la Paz que tenía como objetivo unir a personas afines a distintas religiones.
[15] Por otro lado, y preocupado porque el deporte se convierta en objeto de consumo, Francisco ha opinado: «Cuando el deporte se considera sólo según los parámetros económicos o para lograr la victoria a toda costa, se corre el riesgo de reducir a los atletas a mera mercancía de la que hay que sacar provecho.
Uno es el Departamento de Cultura y Deporte, perteneciente al Consejo Pontificio de la Cultura, cuyos objetivos son:[19] También existe la Sección Iglesia y Deporte, perteneciente al Consejo Pontificio para los Laicos.
[25] Desde el siglo XX los ciclistas y los papas han tenido constantes acercamientos cordiales: ya en 1948 el papa Pío XII proclamaba a la Madonna del Ghisallo como patrona universal de los ciclistas.
Por tradición, el equipo ha estado integrado por seminaristas, sacerdotes y miembros de la Guardia Suiza Pontificia.
[37] El deportista más exitoso en la historia de la Ciudad del Vaticano ha sido Pio Gaddi, quien es uno de cuatro deportistas italianos que han ostentado una cinta negra en el judo.
Participó en el campeonato europeo de 1952, y trabajó en las oficinas del Vaticano desde 1959 a 1993.