Antes de la segunda mitad del siglo XIX eran pocas las estrellas conocidas, y parecía razonable el utilizar las letras del alfabeto latino a partir de la R para evitar toda confusión con los tipos espectrales.
El desarrollo de la astrofotografía y los descubrimientos cada vez más numerosos de estrellas variables condujeron a alcanzar el final del alfabeto.
Este sistema de denominación estelar fue desarrollado por Friedrich Argelander.
La creencia general es que Argelander eligió la letra R por la palabra alemana "rot" o la francesa "rouge", cuyo significado en ambos casos es "rojo", ya que muchas estrellas variables conocidas entonces parecen rojas.
No obstante, las propia afirmaciones de Argelander desmienten esto.