El escándalo en la final del Campeonato de la AFC de 2015, generalmente conocido como Deflategate, es una controversia en la National Football League (NFL) relacionada con la acusación hacia los New England Patriots por desinflar deliberadamente los balones en el partido contra los Indianapolis Colts el 18 de enero de 2015, el partido terminó 45-7 favor New England Patriots.
Las reglas no especificaban la temperatura a la que debía realizarse dicha medición.
Si una pelota de fútbol se inflara a la presión mínima de 12.5 libras por pulgada cuadrada a temperatura ambiente, la presión caería por debajo del mínimo a medida que los gases del interior se enfriaran a una temperatura ambiente más baja en el campo de juego.
En 2006, las reglas se modificaron para que cada equipo use sus propios balones durante la ofensiva.
Los equipos rara vez manejan una pelota de fútbol utilizada por el otro equipo, excepto después de recuperar un balón suelto o una intercepción.