En estos comités formaban parte la CNT-FAI, Unión de Rabassaires, POUM, PSUC, Acción Catalana, ERC.
Se llevarán a término entonces las colectivizaciones de empresas en toda Cataluña.
Los criterios que estableció el decreto fueron los siguientes: Los más perjudicados fueron, sin duda, los grandes propietarios, mientras que los pequeños empresarios conservaron sus fábricas, si bien controladas por los obreros.
Otros sectores reconvirtieron sus empresas para surtir al ejército (como los Almacenes Santa Eulalia que pasaron a confeccionar uniformes militares).
Aun así, los labradores sólo vendían una parte de su cosecha y la otra la reservaban o la vendían en el mercado negro, donde se pagaban mejores precios debido a la escasez que había.