Declaración de los Derechos de las Bibliotecas

[2]​ El documento dice: «La Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos (American Library Association) afirma que todas las bibliotecas son foros abiertos para la información y las ideas, y que las siguientes normas básicas deben dirigir sus servicios.

Toda biblioteca debe proveer información y materiales que representen todos los puntos de vista sobre temas históricos y de actualidad.

Ningún material debe ser prohibido ni retirado de circulación por motivos doctrinarios o partidistas.

En 1948, la asociación aprobó una importante revisión del documento, que lo reforzó significativamente para hacer frente a la nueva oleada de intentos de censura que marcó el inicio del macartismo, y que posteriormente fue atacada en los periódicos como "izquierdista", "frente rojo" y "organización comunista".

[8]​ Una revisión de 1967 acortó el documento y eliminó las florituras retóricas, eliminando también la calificación «de sólida autoridad factual», que se consideraba que podía haber sido utilizada para justificar la censura; además, se añadió la "edad" (junto con los antecedentes, el origen y las opiniones) a los atributos que no deben ser una base para denegar el acceso a la información.

En 1996, la ALA reafirmó la inclusión de la edad como atributo que no debe ser la base para denegar el acceso a la información.

Esto ocurrió después de que la American Library Trustee Association (ALTA) presentara una solicitud al respecto al Consejo de la ALA.

Wiegand sostiene que la Declaración de los Derechos de las Bibliotecas (y la retórica que la acompaña) debe ser sustituida por un código bien fundamentado en la jurisprudencia y el lenguaje de la Primera Enmienda y los principios legales que la acompañan.