Declaración de guerra de los Estados Unidos contra Japón

Japón había enviado un mensaje a su embajada en Washington, pero debido a problemas para decodificar y escribir el mensaje muy largo –el alto nivel de seguridad asignado a la declaración significaba que solo el personal con permisos muy altos podía decodificarlo, lo que ralentizó el proceso– no se entregó al Secretario de Estado de los Estados Unidos hasta después del ataque de Pearl Harbor.

Sin embargo, debido a la naturaleza muy secreta del mensaje, tuvieron que ser decodificados, traducidos y escritos por altos funcionarios de la embajada, que no pudieron realizar estas tareas en el tiempo disponible.

Pero incluso si lo hubiera sido, la notificación estaba redactada de modo que en realidad no declaraba la guerra ni cortaba las relaciones diplomáticas, por lo que no era una declaración de guerra adecuada como lo requieren las tradiciones diplomáticas.

Después de la votación, los periodistas la siguieron hasta el guardarropa republicano, donde ella se negó a hacer comentarios y se refugió en una cabina telefónica hasta que la Policía del Capitolio de los Estados Unidos desalojó el guardarropa.

[cita requerida] Sin embargo, su firma era simbólicamente poderosa y resolvió cualquier duda.

El presidente Franklin D. Roosevelt, con un brazalete negro, firma la Declaración de Guerra a Japón el 8 de diciembre de 1941.
Resolución conjunta del Congreso de los Estados Unidos firmada por el presidente Roosevelt el 8 de diciembre de 1941 a las 4:10 p. m., Ley pública 77-328, 55 STAT 795, que declaró la guerra al Imperio nipón.