La copia original utilizada para esta impresión se ha perdido y pudo haber estado en manos de Jefferson.
[20] Gran Bretaña no reconoció la independencia de sus excolonias hasta que la guerra llegó a un punto muerto.
[30] Anticipando la creación de la Mancomunidad de Naciones,[31] en 1774 los literatos norteamericanos —entre ellos Samuel Adams, James Wilson y Thomas Jefferson— discutían si la autoridad del Parlamento se limitaba solo a Gran Bretaña y que las colonias —que contaban con sus propias legislaturas— deberían relacionarse con el resto del imperio únicamente por su lealtad a la Corona.
De hecho, en noviembre de 1774 el monarca escribió a North diciéndole «los puñetazos decidirán si están sometidos a este país o [elegirán ser] independientes» (blows must decide whether they are to be subject to this country or independent).
Independientemente de sus opiniones personales, los representantes no podían votar para declarar la independencia a menos que sus instrucciones permitieran tal acción.
[63] Los defensores de la independencia centraron su esfuerzo en Pensilvania, pues si esa colonia se volcaba a la causa proindependentista entonces las demás la seguirían.
[73][74] Adams consideró que su preámbulo era efectivamente una declaración de independencia, aunque todavía debía presentarse como un documento formal.
[78] La moción fue secundada por John Adams e incluso invitó al Congreso a declarar ese mismo día la independencia, formar alianzas extranjeras y preparar un plan de confederación colonial.
[112] John Adams dio un discurso en respuesta a Dickinson, en el que reafirmó la necesidad de una declaración inmediata.
La Declaración no está dividida en secciones formales, pero en la bibliografía se discute en una división de cinco partes: introducción, preámbulo, acusación al rey Jorge III, denuncia del pueblo británico y conclusión.
He has obstructed the Administration of Justice by refusing his Assent to Laws for establishing Judiciary Powers.
La primera y más famosa firma en la copia manuscrita fue la de John Hancock, presidente del Congreso Continental.
La firma más famosa en la copia manuscrita es la de John Hancock, quien supuestamente puso su nombre primero porque era el presidente del Congreso.
[183] Años más tarde, varias leyendas surgieron sobre la firma de la Declaración, cuando el documento se había convertido en un importante símbolo nacional.
[186] Después de escuchar, los habitantes en muchas ciudades tumbaron y destruyeron letreros o estatuas que representaban la autoridad real.
Una estatua ecuestre del rey Jorge III en Nueva York fue derribada y su plomo fue refundido para hacer balas de mosquete.
La primera copia enviada a Francia se perdió en el viaje y la segunda llegó en noviembre de 1776.
[125] La «copia manuscrita» ligeramente diferente (mostrada al principio de este artículo) se hizo más tarde para ser firmada por los miembros.
[214] Al igual que Adams, Jefferson envió copias del documento a sus amigos, aunque con ligeras modificaciones.
Por ejemplo, Becker sospecha que Franklin pudo haber sido responsable de cambiar la frase original de Jefferson «sostenemos como sagradas e innegables estas verdades» (we hold these truths to be sacred and undeniable) a «sostenemos como evidentes estas verdades» (we hold these truths to be self-evident);[215][216] sin embargo, el historiador Boyd cuestiona esta hipótesis de Becker.
[217] Jefferson incorporó estos cambios en la copia presentada al Congreso en nombre del comité el 28 de junio.
Después de hacer las modificaciones a su borrador —como sugirió Franklin y Adams—, recordó: «Entonces preparé una copia en limpio (fair copy), la presenté al comité y, [luego] de ellos, sin alterar, al Congreso» (I then wrote a fair copy, reported it to the Committee, and from them, unaltered, to Congress).
No hay registros de cómo llegó a Inglaterra, pero los descubridores sugieren que la aleatoriedad de las firmas está relacionada con una anécdota del signatario James Wilson, quien había sostenido firmemente que la Declaración «no fue hecha por los estados, sino por todo el pueblo».
[226][227] La Declaración rara vez era mencionada durante los debates sobre la Constitución de los Estados Unidos y sus palabras no fueron incorporadas en ese documento.
[233][234] Sus borradores principales fueron preparados por el marqués de La Fayette, que había trabajado con su amigo Thomas Jefferson en París.
[240] El historiador Nikolái Bolhovítinov concluyó que la Revolución estadounidense «provocó una reacción negativa aguda de las clases dominantes» en Rusia y, probablemente, en otros estados europeos, como efecto del duro golpe al Imperio británico.
[262][263] Las pinturas conmemorativas más tempranas también aparecieron en este tiempo y ofrecieron a los ciudadanos su primera visión del documento firmado.
[270][272] La aparente contradicción entre la afirmación «los hombres son creados iguales»[l] y la existencia del aparato esclavista fue muy debatida en los círculos políticos e intelectuales cuando la Declaración se publicó por primera vez.
El historiador Bertram Wyatt-Brown argumentó que «los abolicionistas tendían a interpretar la Declaración de Independencia como un documento teológico y político».
[292] La relación de la Declaración con la esclavitud fue retomada en 1854 por Abraham Lincoln, un excongresista poco conocido que idolatraba a los padres fundadores.