[2] En el Review of General Psychology publicado en 2002, McClelland fue ubicado en la posición 15 de los psicólogos más citados del siglo XX.
David McClelland creía en aplicar los resultados de la investigación y las pruebas para ver si ayudaban a las personas.
[7] Las tres necesidades de McClelland no son secuenciales, sino que se utilizan en relación entre sí.
Su trabajo sobre el poder se extendió a la investigación sobre el proceso de curación natural del cuerpo.
David McClelland argumentó que los métodos operantes (es decir, pruebas en las que una persona debe generar pensamientos o acciones) eran predictores mucho más válidos de resultados de comportamiento, desempeño laboral, satisfacción con la vida y otros resultados similares.
McClelland creía que eran posibles mejores medidas operativas con el uso de códigos fiables para procesar la información contenida en ellos.
En repetidas ocasiones publicaba investigaciones y animaba a sus estudiantes de doctorado y colegas a mostrar que los métodos operantes, en comparación con los métodos respondientes, muestran consistentemente: (a) más validez de criterio; (b) mayor perspicacia a pesar de una menor confiabilidad test-retest; (c) mayor sensibilidad para discriminar el estado de ánimo y tales diferencias; (d) más singularidad y menos probabilidad de sufrir multicolinealidad; (e) mayor validez transcultural, porque no requerían que una persona respondiera a los ítems preparados; y (f) mayor utilidad en aplicaciones para el desarrollo humano u organizacional.
En cambio, las personas con una necesidad alta buscan retos para superar progresivamente más complejos.
También son más propensas al liderazgo, a trabajar de forma autónoma ya buscar compañeros con valores similares.
Buscan el reconocimiento de su valía, se mueven por recompensas y creen en su eficacia.
[21] Suele aceptar las reglas dadas y preferir tareas que exijan relación personal.